El sábado día 8 me fui con mis padres al pueblo de mi abuelo Emilio: Ventas de Huelma a 30 kilómetros de Granada y cerca del Pantano de los Bermejales. Es un pueblo pequeño, tranquilo, ideal para curarse del estrés según mi madre.
No tiene grandes monumentos, excepto la iglesia o la ermita, donde vivió San Matias, pero lo mejor son sus cuevas, que como no tengamos cuidado cuando jugamos nos podemos caer en alguna.
Mi madre vivió allí hasta los 6 años pero nunca ha dejado de ir y menos ahora que está mi abuelo mayor y vive solo.
Sus casas son bajas, muy blancas, tejados marrones y grandes patios; pero lo que más me gusta son sus chimeneas y el calor que dan, aunque también mi abuelo las utiliza para asar morcilla, castañas y alguna chuleta.
El mismo sábado, al medo-día, fuimos a Ácula, en donde se encuentra temple oliva, la fábrica donde los agricultores llevan la aceituna a cambio de aceite. Es muy interesante ver como limpiar la aceituna y la meten en el molino.
Mis padres compraron 15 litros y me contaron cuando ellos cogían la aceituna en el olivar de mis abuelos llamado ''Los Cruzaos''.
Tengo amigas y cuando voy me lo paso muy bien porque mi madre me deja salir porque allí todo el mundo se conoce y no hay tantos coches.
El sábado por la noche se celebró en el ''Silo'' (lugar en el que antiguamente pesaban el trigo y que actualmente se utiliza para las fiestas) la Noche de las Castañas, donde todo el mundo comimos castañas asadas alrededor de una gran lumbre.
AUTORA: Irene Ruiz López.
1 comentario:
La verdad es que sí tiene que ser un sitio muy relajante Irene, como bien dice tu madre. Y tan cerquita de Granada... Gracias por compartir otra vez.
DAVID
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