Un día que estábamos jugando en la calle, Belén y yo nos encontramos una gata negra encima de un árbol. La llamamos y vino. Belén se la llevó a su cortijo. Resulta que su vecino tenía un gato y la gata se quedó preñada. Los gatos nacieron en mayo.
Belén me invitó a ir a su cortijo a ver a los gatos. Había una gata que me gustó mucho, es de cuatro colores, blanca, roja, gris y negra.
Le dije a mis padres que si me dejaban tener la gata, pero me dijo que no. Al poco tiempo el padre de Belén la trajo en una caja con comida. Desde ese día tenemos una gata.
AUTORA: Rocío Fernández López.
1 comentario:
Muy bonita la historia Rocio. Ciertamente la gatas es muy bonita, aunque se te ha olvidado decirnos su nombre.
Gracias por publicar.
DAVID
Publicar un comentario