Hace unos días, yo no sabía que las personas que tienen gafas podían operarse y dejar de ponérselas para siempre.
El día seis de octubre mi madre se operó porque tenía hipermetropía y astigmatismo. La operación duró veinte minutos y consistía en hacer un corte en la córnea, aplicar un rayo láser dentro del ojo y volver a colocar la córnea.
Durante tres días no veía bien y le lloraban los ojos, ella me decía que es como si tuviera una cebolla pegada en la nariz, pero desde el cuarto día ya veía mucho mejor y ahora puede leer todas las letras pequeñas, sentarse delante del ordenador, leer libros, ver la televisión y ayudarnos a mi hermano y a mí con los deberes sin ponerse gafas.
Mi madre está muy contenta, dice que ha ganado en salud.
Por cierto, la operación tiene un nombre muy raro, se llama: "QUERATOMILEUSIS" asistida por láser "EXCIMER".
Manolo Pérez Manrique