El pasado viernes a las seis de la tarde fui a la competición de trompos. Cuando llegó el profesional, nos puso a todos los participantes en fila y nos dijo las normas del concurso:
• No moverse de la línea.
• No pegar gritos.
• Y dejar que hable el profesional.
Nos dijo cómo se hacía “la pala” y la tuvimos que hacer. Eliminó a algunos, pero yo seguía dentro de la competición.
Luego nos dijo que hiciéramos el “Boomerang” y eliminó a otros, entre ellos a José Sergio y a mí. Pero José Manuel seguía en la competición. El profesional eliminó a algunos cuantos más. Hizo una prueba de tiempo haciendo el “Boumerang” y se quedaron finalistas Fran, José Manuel y dos niños más. Hicieron muy bien el “Booumerang” y los puestos fueron los siguientes:
Un niño que no conozco fue quinto; José Manuel fue cuarto; otro chico fue tercero; Fran fue segundo y otro chico que tampoco conozco fue primero, aunque el primero había hecho trampa, porque había sido eliminado en la primera fase y el profesional no se dio cuenta que seguía en la competición.
Al primero le dieron de premio una raqueta de tenis, un balón, un portatrompos y tres trompos. Al segundo, un portatrompos y dos trompos; y al tercero, un trompo y un portatrompos.
Al final el profesional lanzó trompos al aire como regalo y enseñó muchos trucos.
Álvaro Rivas García
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