jueves, 22 de octubre de 2009

MI VIAJE A ZARAGOZA



Ver mundo es importante. He estado en varios sitios y esta vez ha tocado a dos sitios; a El Monasterio de Piedra, en un pueblo de Zaragoza llamado Nuévalos, y a Zaragoza capital. Esto va a ser un diario de viaje.

Primer día:

La ida fue aburrida, salimos a las seis de la madrugada, paramos dos veces y llegamos para comer e irnos.

Nada más comer nos fuimos a El Monasterio de Piedra. Allí vimos, dentro del monasterio, el Claustro, la Sala Capitular, el museo sobre la historia del Chocolate, el museo del vino, la cocina, el comedor, la Sala del Calefactor y la Iglesia. Anteriormente había un castillo Musulmán y después lo derrumbaron para construir el monasterio donde vivían unos monjes que debían cumplir unos requisitos, dar unas tierras pequeñas, no tener ningún problema físico, no tener más de quince años, saber latín y que fuera ilegítimo, allí le mandó Fray Jerónimo de Águila al Abad del Monasterio de Piedra la receta y el primer cacao que se hizo en Europa; los monjes fueron los primeros en probar manjar.

En el parque natural dividía en dos partes una parte más larga y partes más cortas de quinientos metros. Mientras paseas encuentras cascadas alucinantes y preciosas, la más alta de cincuenta metros. Algunas tan bonitas como con musgo en las rocas y el agua cayendo, paredes, también de roca, haciendo como lo que se intenta con muchas fuentes de decoración, pero natural. Si sigues la ruta Iris te meterías por partes por donde paso el río antes.




Segundo día:

De Zaragoza no hay mucho que contar, la historia no la se muy bien. He visto la Aljafería y la Basílica del Pilar del siglo XVII. Pensamos en hacer una visita guiada pero no pudimos.


María Sánchez Gracia