martes, 22 de febrero de 2011

LA CIUDAD ENCANTADA 2

LA CIUDAD ENCANTADA 2
Cuando salimos al recreo, nuestro corrillo habitual formado por Verónica, Alejandra, Marina (mi mejor amiga) y yo nos reunimos.

Verónica es presumida, no le gusta para nada la educación física y lo que ella cree que se la da mejor es la moda, de hecho quiere ser diseñadora de moda en un futuro (que yo creo un poco lejano) Alejandra es alta y le encanta el deporte, la verdad es que se le da genial, tiene el pelo negro y muy liso. Marina es una adicta a Internet, nos gusta mucho salir a la calle y hacernos fotos juntas. Tiene los ojos azules y es morena siempre viste muy bien. Muchos días nos vamos juntas de compras por que nos encanta. Su asignatura preferida son las Matemáticas.

Ya lo veis, las cuatro somos muy diferentes pero eso hace que sea más bonita y fuerte la amistad.

Bueno volviendo al tema: salimos al recreo y vinieron los chicos: David, Julio, Adrián y Bruno. Empezaron a hablarnos de su trabajo y sobre lo bien que lo habían hecho. Yo les contesté:

  • Chicos eso es mentira, la profe os ha puesto un suspenso a los cuatro, así que, no presumáis tanto.

Bruno (el chico que me gusta) me contestó rápidamente:

  • Sí bueno pero... ¿a que no os atrevéis a ir?, porque nosotros si.

De repente los tres chicos se le quedaron mirando muy sorprendidos con lo que había dicho pues ellos no estaban de acuerdo con Bruno; tenían muuuchooo miedo.

Alejandra se acordó de una cosa e inmediatamente le replicó:

  • Esa historia es falsa, así que no podemos ir.

  • Pues claro que si – dijo David- esa historia es verdadera.

Todos nos reímos porque... ¿cómo una ciudad de tales características puede existir?

David nos lo explicó todo muy detalladamente y contó que sus padres habían ido en una excursión a aquella ciudad . Cuando quisimos darnos cuenta, el timbre del recreo sonó y todos los chicos entraron como bestias a las aulas, sin embargo nosotras entramos despacio y reflexionando sobre la propuesta de Bruno y la historia de David y pensamos que a lo mejor podríamos ir. Pero Vero dijo que ella no iba. Claro, a Verónica no le hacen ninguna gracia las historias de miedo, ni misterio.

Entramos en el aula, y empezamos a dar la clase de Literatura. Ya que nos tocaba esa asignatura, la profe le dio permiso a David para explicar toda la verdad.

Al tocar el timbre recogimos y nos dirigimos a la puerta para irnos a nuestras casas. En el camino Marina y yo tuvimos una idea. ¿Por qué no íbamos a la ciudad una noche y así investigábamos un poco. Ya que la noche de Halloween se acercaba sería el ambiente perfecto.


Continuará...

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