
Las nubes son como algodones de azúcar, se extienden entre el cielo, y parece que sean compactas.
El sol se pone, y se esconde entre esas nubes tan esponjosas.
El viento, cálido y suave, mueve las hojas de esas palmeras tan altas.
El mar está muy tranquilo, tanto que parece una piscina.
Por el lateral derecho se asoman unas hojas de palmera, a parte de las dos que hay por delante.
Y por el lateral izquierdo, hay una palmera solitaria y parece un poco mas pequeña.
El paisaje es del anochecer, con un color rojizo y cálido, que hace que aún sea mas bonito.
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