Había una vez una niña llamada Jackie, Jackie Monroe. Era una chica muy guapa, con ojos verdes como una esmeralda, pelirroja y labios sonrosados. era muy alegre, y siempre estaba cantando. Pero, un día, sus padres murieron en un accidente de avión. Al mes, la adoptaron un matrimonio sin hijos, bastante ricos. Se llamaban Elisabeth y Jack. Vivian a las afueras de Harvest Moon. Se instaló bastante rápido. A media noche, fue a por un vaso de agua, y escucho la conversación:
-Ya te he dicho que conseguiré el dinero. Dame más tiempo.
-Tienes 48 horas.
Se terminó la conversación. Jack volvió a llamar:
-¿Cuánto tiene de herencia?
-Unos 5 millones de euros.
-Gracias por la información.
Jackie reflexionó sobre esa pregunta, e investigó. Descubrió que Jack hacía tratos con el capo de la mafia más famoso de Harvest Moon. Sintió a alguien detrás y… se durmió. Jack la durmió con cloroformo. Se despertó atada, en el sótano. Estaba junto a Elisabeth. Por suerte, siempre llevaba una navaja que le regalaron sus padres antes de morir. Cortó las cuerdas y desató a la mujer. Había una ventanilla de cristal. La rompió con la empuñadura de la navaja. Jack la oyó y bajó al sótano. Elisabeth y Jackie se escondieron. Aprovechando que Jack dejó la puerta abierta, salieron hacia la cochera. Desgraciadamente, Jack, las mató con una pistola. Jack fue condenado a cadena perpetua por doble asesinato. La familia de Jackie, Elisabeth y Jackie fueron enterradas en el cementerio de Harvest Moon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario